sábado, 19 de febrero de 2011

Querida Camila:

Disculpa que hace mucho que no te busco. No había tenido la oportunidad y seré sincera, tampoco las ganas. Lo que pasa es que desde la última vez que te hablé me di cuenta de que no necesitaba una amiga imaginaria. Ahora que lo pienso es extraño que se me haya ocurrido este nombre para ti.

La cosa es que... Te ha pasado que.... Si a mi me ha pasado que estoy con el teclado en las manos y no le puedo sacar ideas con fluidez ni a golpes. ¿Te ha pasado? Estoy como un poquito seca de ides y sin embargo se que tengo que escribir o tipear porque si no vo a explotar. Hum... Me pasa muy seguido ultimamente, es como si yo estuviera en una sala de espera hipotética y detrás de una hipotética puerta se estuviera decidiendo algo importante de mi vida. No estoy muy segura de lo que esté pasando en este momento Camila, pero se que es importante.

Estoy dispersa etre tantas cosas que tienen que ocupar mi cabeza en esta etapa. Estoy con lo de medicina, con mi futuro universitario, mis asuntos del corazón, la graduación a la que no voy a ir, el VEM, amigos con los que no quiero perder contacto aunque se que será difícil, el término de mi niñez, lo que he aprendido, lo que estoy aprendiendo y lo que me falta, la música, la historia que qiero contar, la boda de mi hermana, mi falta de atleticismo, etc. Estoy hasta la epíglotis de cosas en que pensar y encima tengo tarea de cálculo y filosofía y física y se me cerró el examen de blackboard y tengo que aprende a programar. BLAH, permíteme decir BLAH.

Son muchas cosas para mi, no me acostumbro a estos rollos. Tengo bastante, bastante que hacer y que temer. La transición a la vez me emociona y me aterra. Y que digan lo que quieran los cínicos en su etapa post-pubertad. Esto es importante y merece la pena preocuparse, si solo porque es algo que no voy a volver a sentir nunca; es una oportunidad única en la vida para volverse loca y quejarse del mundo y de la aparente falta de futuro para la juventud, etc. Ahora que todavía estoy tan libre que tengo tiempo para hacerlo.

Bueno, bueno. Noestoy tan desesperada como digo. Me encuentro mejor de lo que estaba la última vez que nos vimos y lo que pasa es que Dios está a mi puerta y lo estoy dejando entrar. No hay punto de comparación en cuanto a mi paz emocional entonces y hoy. Por supuesto que hay cosas que no cambian pero esto si y fue para bien. ¿Alguna vez te has preguntado si los sacerdotes pueden ver los pecadillos que traes dentro? O.O.... que miedo.

En fin, esto es lo que me ha estado sucediendo óltimamente, espero que tu también me puedas contar cosas y que no sea sólo cuando me veo en el espejo.

Por el momento me declaro indispuesta para continuar.
P.S. te había extrañado :)

Katya